Vivimos semanas de rumores de cambios en el Consell de la
Generalitat. Fabra ha anunciado que le gustaría recortar el número de
consellerias como medida ejemplar dentro de la política de recortes de gasto
generalizado y una de las que tiene muchas papeletas de cambiar, ya sea de
titular y/o de estructura, es la actual Conselleria de Justicia y Bienestar
Social.
Sin entrar en cuál sería la mejor estructura para una óptima
gestión de la dependencia (conselleria autónoma o unida a otra, cuestión ésta
digna de otra entrada) sí queremos hacer un breve repaso de los consellers que
han gestionado la dependencia en los últimos diez años (2002-2012) por si le
sirve a alguien como reflexión.
Rafael Blasco (2000-2003): No entramos en detalle en su
gestión. Las imputaciones por corrupción que ha sufrido en su larga trayectoria
política (tanto en el PSOE como en el PP) hablan por sí solas y empañan
cualquier otra consideración.
Alicia de Miguel (2003-2007): Ha sido la más inteligente que
ha gestionado la conselleria en los últimos años. A nivel asociativo supo dar
la palabra a la mayoría de organizaciones que venían trabajando desde hacía
mucho tiempo en el sector. A nivel político gestionó con mano izquierda las
negociaciones previas a la aprobación de la ley de dependencia manteniendo una
relación bastante buena con las personas clave del Ministerio de Trabajo y Asuntos
Sociales de la época (fundamentalmente con Angel Rodríguez Castedo, Dir. Gral
del Imserso). También tuvo una relación razonable con los sindicatos
mayoritarios al margen de las lógicas divergencias ideológicas. Desarrolló el plan de las 9000 camas (que
venía de Blasco) y programas como el “Major a casa” o el “Menjar a casa”.
Impulsó sistemas de calidad en la prestación de servicios sociales. Sin entrar
en líneas políticas, una persona que trabajó por el desarrollo de la
Conselleria de Bienestar Social.
Juan Cotino (2007-2010): Prepotencia, parcialidad y cacicada
son los atributos que mejor definen su “gestión” como Vicepresidente Tercero y
Conseller de Bienestar Social. En vez de orientarse a una profesionalización
del sector de atención a la dependencia su enfoque estuvo dirigido a favorecer
al tercer sector dependiente de la Iglesia y a la empresa de la que era
accionista mayoritario en un ejercicio patético de irresponsabilidad política
avalado por el Presidente de la Generalitat. Su máximo “logro” fue dar a
conocer al Padre Jofré en todos los documentos oficiales, recordándonos una
vuelta a oscuros tiempos pasados en los que la religión católica guiaba la
política. Responsable directo del boicot a la ley de dependencia en la
Comunidad Valenciana.
Angélica Such (2010-2011): Se comió el marrón que le pasó
Cotino y evidentemente le venía grande. Superada por la situación y los números
que daba la Comunidad Valenciana, en ningún momento aportó nada. Se limitaba a
cantar unos números manipulados que le pasaban. Pasó desapercibida en su
gestión de la dependencia si exceptuamos los cambios normativos, todos
negativos, encaminados a eliminar derechos a los dependientes, como los
relativos a incrementar los plazos (y la dificultad) para poder solicitar la
retroactividad en las ayudas a la dependencia. También
imputada en la financiación ilegal del PP.
Jorge Cabré (2011-): Y qué decir del actual inquilino de “La
Cigüeña” que no hayamos dicho en este blog ya (por ejemplo, por ejemplo, por ejemplo). Su desconocimiento, incapacidad, derrotismo, ineficacia supina y
descontrol de lo que tiene entre manos le hacen acreedor del título a rey de la
incompetencia en la conselleria en los últimos diez años. Cada día que pasa con
su nefasta gestión supone una disminución de derechos en los dependientes, un
mayor ahogo en las organizaciones de servicios dependientes de la conselleria y
una mayor vergüenza en la ciudadanía por tener a este individuo dirigiendo una
parcela tan importante del gobierno valenciano.
No confiamos demasiado en que el Molt Honorable vaya a
solucionar los gravísimos problemas de la dependencia en la Comunidad
Valenciana. Las instrucciones de su propio partido en Madrid se lo van a
impedir. Pero por lo menos pónganos al frente de la conselleria a alguien a
quien se entienda al hablar y que tenga un par de ideas al menos en la cabeza. Y
sobre todo cuya vocación y experiencia
se encuentre dentro del sector de los servicios sociales, y no de los juzgados,
turismo o agricultura.