jueves, 25 de octubre de 2012

Consellers de papel


Vivimos semanas de rumores de cambios en el Consell de la Generalitat. Fabra ha anunciado que le gustaría recortar el número de consellerias como medida ejemplar dentro de la política de recortes de gasto generalizado y una de las que tiene muchas papeletas de cambiar, ya sea de titular y/o de estructura, es la actual Conselleria de Justicia y Bienestar Social.

Sin entrar en cuál sería la mejor estructura para una óptima gestión de la dependencia (conselleria autónoma o unida a otra, cuestión ésta digna de otra entrada) sí queremos hacer un breve repaso de los consellers que han gestionado la dependencia en los últimos diez años (2002-2012) por si le sirve a alguien como reflexión.

Rafael Blasco (2000-2003): No entramos en detalle en su gestión. Las imputaciones por corrupción que ha sufrido en su larga trayectoria política (tanto en el PSOE como en el PP) hablan por sí solas y empañan cualquier otra consideración.

Alicia de Miguel (2003-2007): Ha sido la más inteligente que ha gestionado la conselleria en los últimos años. A nivel asociativo supo dar la palabra a la mayoría de organizaciones que venían trabajando desde hacía mucho tiempo en el sector. A nivel político gestionó con mano izquierda las negociaciones previas a la aprobación de la ley de dependencia manteniendo una relación bastante buena con las personas clave del Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales de la época (fundamentalmente con Angel Rodríguez Castedo, Dir. Gral del Imserso). También tuvo una relación razonable con los sindicatos mayoritarios al margen de las lógicas divergencias ideológicas.  Desarrolló el plan de las 9000 camas (que venía de Blasco) y programas como el “Major a casa” o el “Menjar a casa”. Impulsó sistemas de calidad en la prestación de servicios sociales. Sin entrar en líneas políticas, una persona que trabajó por el desarrollo de la Conselleria de Bienestar Social.

Juan Cotino (2007-2010): Prepotencia, parcialidad y cacicada son los atributos que mejor definen su “gestión” como Vicepresidente Tercero y Conseller de Bienestar Social. En vez de orientarse a una profesionalización del sector de atención a la dependencia su enfoque estuvo dirigido a favorecer al tercer sector dependiente de la Iglesia y a la empresa de la que era accionista mayoritario en un ejercicio patético de irresponsabilidad política avalado por el Presidente de la Generalitat. Su máximo “logro” fue dar a conocer al Padre Jofré en todos los documentos oficiales, recordándonos una vuelta a oscuros tiempos pasados en los que la religión católica guiaba la política. Responsable directo del boicot a la ley de dependencia en la Comunidad Valenciana.

Angélica Such (2010-2011): Se comió el marrón que le pasó Cotino y evidentemente le venía grande. Superada por la situación y los números que daba la Comunidad Valenciana, en ningún momento aportó nada. Se limitaba a cantar unos números manipulados que le pasaban. Pasó desapercibida en su gestión de la dependencia si exceptuamos los cambios normativos, todos negativos, encaminados a eliminar derechos a los dependientes, como los relativos a incrementar los plazos (y la dificultad) para poder solicitar la retroactividad en las ayudas a la dependencia. También imputada en la financiación ilegal del PP.

Jorge Cabré (2011-): Y qué decir del actual inquilino de “La Cigüeña” que no hayamos dicho en este blog ya (por ejemplo, por ejemplo, por ejemplo). Su desconocimiento, incapacidad, derrotismo, ineficacia supina y descontrol de lo que tiene entre manos le hacen acreedor del título a rey de la incompetencia en la conselleria en los últimos diez años. Cada día que pasa con su nefasta gestión supone una disminución de derechos en los dependientes, un mayor ahogo en las organizaciones de servicios dependientes de la conselleria y una mayor vergüenza en la ciudadanía por tener a este individuo dirigiendo una parcela tan importante del gobierno valenciano.


No confiamos demasiado en que el Molt Honorable vaya a solucionar los gravísimos problemas de la dependencia en la Comunidad Valenciana. Las instrucciones de su propio partido en Madrid se lo van a impedir. Pero por lo menos pónganos al frente de la conselleria a alguien a quien se entienda al hablar y que tenga un par de ideas al menos en la cabeza. Y sobre todo cuya vocación  y experiencia se encuentre dentro del sector de los servicios sociales, y no de los juzgados, turismo o agricultura.

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